La Asistente: la omnipresencia que te consume y te destruye.

Voy sola al cine.
5 min readJan 13, 2021

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ATENCIÓN: SPOILERS

Durante un tiempo escuchaba y veía en las redes sociales que muchas personas comentaban sobre la más reciente película de Kitty Green (Casting JonBenet, 2017):La Asistente. Estrenada en el 2019 en el Festival de Cine de Telluride y recién llegada al catálogo de Amazon Prime, decidí verla para saber cuál era el alboroto de esta película. La verdad es que tomé esta decisión sin siquiera saber de qué iba la trama, buscaba que me sorprendiera… y vaya que lo hizo.

La historia comienza de una forma muy simple: Jane (Julia Garner) se sube a un carro, el cual la lleva hasta el edificio en donde trabaja de asistente de producción en una productora de cine. Todo parece ir muy lento y aburrido, la protagonista simplemente está haciendo tareas de oficina: imprimir hojas, acomodar papeles, prepararse un café, etc. A pesar de que a simple vista los primeros minutos del filme te pueden hacer sentir que estás viendo un típico lunes de flojera en el trabajo, existe la sensación de que el ambiente es sofocante y pesado, a pesar de que Jane está completamente sola. Hay algo dentro de ese lugar que te quita la paz, no sabes qué es y no lo ves, pero sabes que está ahí. Es algo obvio que la directora se apoyó mucho en la dirección de arte de John Arnos (Her Smell, 2019). La idea de que toda la oficina sea en tonalidades de gris y que los espacios se vean muy pequeños dice mucho de cómo se siente el personaje principal por dentro. Aunque, hasta este momento no sabemos qué es lo la pone tan tensa.

Conforme avanza la historia se asoman las primeras piezas claves de lo que podría ser la temática y el objetivo. Jane al parecer es ignorada por sus dos compañeros de trabajo, hombres, con esto nos hacen ver que ella es una chica tímida, que teme poner límites y alzar la voz y que se deja mangonear por sus colegas. Perfecto, hasta aquí dije: “Ok, esto es sobre el abuso en el ambiente laboral”. Me pareció muy interesante que desde este momento, y hasta el final de la película, Kitty Green decidiera decirnos con pequeñas acciones y elementos toda una historia de terror, pero me estoy adelantando. Por ahora solo sabemos que todos ellos son asistentes, pero no sabemos quién es la jefa o el jefe, es más, hasta este punto pensé que esa imagen no iba a ser tan importante o iba a tener el mismo peso que el de los colegas de Jane.

Todo cambia cuando la protagonista atiende una llamada de la esposa de su jefe, lo cual nos lleva a la primera aparición de este personaje. Con una sola llamada, el mandamás reprende a Jane por “meterse” en sus asuntos personales. Aquí nos queda claro que él es una persona que solo reconoce a sus empleados cuando estos hacen algo malo y que abusa de ellos en todo momento. Me pareció brillante el hecho de que la directora/guionista decidiera nunca mostrar al jefe, más que por medio del intercomunicador/teléfono, con esto te está diciendo: él es una figura omnipresente muy poderosa que no necesita mostrarse para que todos sepan que el tiene el control y el poder sobre todo y todos, y que estos mismo le temen y respetan (por así decirlo).

El primer momento en el que te das cuenta de que esto no solo será una película sobre abuso laboral, sino algo más, es cuando Jane encuentra un arete en el sillón la oficina de su jefe, y se lo regresa a su dueña: una aspirante a actriz. Con un gesto tan simple, y un elemento tan sencillo, nos construimos una idea de hacia donde está yendo todo: Esto me suena a #MeToo y a Harvey Weinstein. Ya después leí que muchos decían que este filme trataba de este individuo, cosa que en una entrevista la directora negó: “Si el problema es Harvey Weinstein, el asunto ya se hubiera resuelto. Esto va más allá de Harvey Weinstein” (via Indiwire). Y tiene razón, este señor no es el único que abusa de su poder para controlar y obtener lo que se le dé la gana de las mujeres. Toda la película, después de descubrir todo esto, sentí miedo y rabia, pero en la escena donde realmente casi estalló y lloró fue cuando la protagonista está sacando copias de todas las fotos de aspirantes a actrices. Para mi fue una genialidad que con algo así se mostrará en su máximo esplendor el abuso del jefe. Uno como espectador puede pensar: ¡¿De todas ellas abusó o abusara?! ¡¿Cómo es esto posible?! ¡¿Por qué nadie hace nada o dice algo?!.

Estás preguntas te las contesta la película con el plot twist de la trama: una nueva asistente llega a las oficinas, algo que perturba mucho a Jane, pero no por el hecho de que la “chica nueva” pasó de ser camarera a asistente en una importante productora de cine, sino por el acto de que es llevada a un hotel, a donde después llegará el jefe de Jane. Cuando la protagonista logra conectar las piezas y arma el rompecabezas de lo que está pasando, decide tomar acción, por primera vez la puedes ver con la seguridad de hacer algo. Si hasta este punto ya tenías bilis de rabia formada en tu vesícula biliar, lo que pasa a continuación hace que la vomites. La escena donde ella intenta acusar a su jefe de abuso sexual, el jefe de Recursos Humanos (Matthew Macfayden)le responde con más abuso de poder y la comienza a denigrar de la peor manera posible para hacerla sentir pequeña y sin poder hacer nada al respecto. La obliga a olvidarse del asunto y la intenta tranquilizar diciéndole: “Tranquila, tu no eres de su tipo”. ¡Le hizo gaslighting! ¡Rabia total!. Hoy en día, a pesar de todo el movimiento #MeToo, esto sigue sucediendo día a día, y literalmente esto te lo esta diciendo Green, toda esta historia ocurre en UN DIA!.

El final es devastador, aunque no lo parezca, Jane ha sido destruida, consumida y abusada de forma directa e indirectamente por la omnipresencia de su jefe. No le queda de otra más que hacer a un lado sus principios para poder seguir con su trabajo y convertirse en una integrante más de ese mundo laboral en el que todos saben que está pasando, y saben que es malo, pero en donde nadie hará algo al respecto.

La Asistente,es un filme que con pocos elementos, locaciones y personajes te muestra el abuso/acoso sexual y laboral como un fantasma que aparentemente no lo puedes ver ni tocar, pero al cual sientes y temes.

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