SOUL: el viaje hacia las segundas oportunidades
ADVERTENCIA: Si no has visto SOUL no continúes leyendo.
Para acabar el año quería escribir sobre la última película de Pixar, estrenada en navidad: SOUL. Pero antes de comenzar quiero aclarar que esto no es una crítica, sino una reflexión sobre el mensaje que me dejó al final. No me iré hacia los temas que otros medios han tocado: como el hecho de que es la primera película de este estudio de animación en tener un personaje afroamericano como protagonista e incluso tampoco tocaré la onda del jazz, porque para ser sincera no soy una gran conocedora de este género musical. Mi enfoque será más en lo personal y en lo que fui sintiendo de principio a fin durante 1 hora y 47 minutos.
Bueno recapitulemos un poco de qué va la trama, de esta película dirigida por Pete Docter y co-escrita con Kemp Powers y Mike Jones. En sí el filme cuenta la historia de Joe Gardner (Jamie Foxx), es un maestro de una banda escolar y el cual aún lleva a lavar su ropa a casa de su mamá, la cual siempre lo presiona para que consiga un trabajo que le de estabilidad económica. A pesar de estas presiones, Joe aun quiere cumplir su sueño de ser un músico reconocido dentro del mundo del jazz. Para él, esta es su pasión y su propósito en la vida. Un día un viejo estudiante lo invita ha audicionar para ser el pianista de una banda muy prestigiosa, Joe todo emocionado acepta. Lo que pasa a continuación me pareció de lo más curioso: cuando él está al teléfono todo emocionado contando sobre como su gran oportunidad al fin ha llegado, el protagonista se me envuelto en una serie de “casi accidentes”. Para mi fue como una metáfora de cómo la obsesión, enfermiza, con algo o alguien, puede llevar a que uno se pierda todo o lo que sucede a su alrededor. Experiencias y oportunidades increíbles pasan desapercibidas por estar enfocados en algo que puede que no sea ni malo ni bueno, pero que definitivamente no es el todo. Se deja ir, sin saberlo, situaciones que lo pueden ayudar a uno a ser feliz o por lo menos tener una vida plena o así lo hace ver Pixar.
Joe muere por estar distraído, pero él se rehúsa a esto, ya que está tan cerca de cumplir “su propósito”. Su manía por ello lo lleva a desviarse de su destino, el cual en este caso es “La vida después de”. Claro que en la vida real cuantos de nosotros no nos hemos desviado de nuestros caminos por seguir uno que no era, pero el cual jurábamos que era el correcto para nosotros. Igual y muchos no creen en esto, pero personalmente, yo si creo en toda esta onda Claro que para mi, un 50% de mi destino es trabajo del universo y el otro 50% es mi responsabilidad. No te puedes quedar sentado esperando a que te llegue todo a la puerta de tu casa, uno se debe hacer responsable de sus propias decisiones y de retomar el camino que le corresponde.
Obviamente Joe y 22, el alma nueva que se rehúsa a ir a la tierra, son dos claros ejemplos de seres que no quieren ser responsables en el mundo terrenal. Y utilizan excusas como “el propósito” para no ver todas las maravillas que la vida ofrece. Pondré un ejemplo de mi vida personal. Yo tenía, él era buena personas conmigo, pero yo estaba aferrada a que me quisiera como yo quería. Estaba tan obsesionada con eso, que me perdía el amor que otras personas me estaban ofreciendo, y no me refiero a pretendientes, sino a mi familia y amigos, e incluso al que yo misma me podía dar. A veces creemos que no tenemos nada en esta vida por que vivir, como 22, pero la verdad es que hay muchas cosas ahí frente a nuestra narices que ignoramos por querer alcanzar otras cosas que igual y no son para nosotros, o tal vez sí pero no es lo primordial.
Muchos se enojaron porque Joe no muere al final, decían que Pixar perdió una gran oportunidad para enseñarle algo a los niños sobre las pérdidas y la muerte. Pero eso ya se vio en UP (2009) y Coco (2017). Esta película no es sobre eso, no es sobre el perder a alguien o algo y dejar ir; es sobre la aceptación y segundas oportunidades. Esa es la enseñanza que quieren dejar con esta historia, esa es la razón de ese final, cada persona después de ver SOUL debería de hacer una retrospectiva sobre su vida, ver entre líneas de los momentos buenos y malos. El decir: “oye creo que lo he estado haciendo mal todo este tiempo, el chiste de todo esto no es cumplir un “propósito”, más bien que nosotros mismos somos nuestro propósito en la vida. Tenemos que alimentarnos con logros, momentos, tristezas y alegrías grandes o pequeñas. Todo esto sonara como que viene de un coaching ( que muchos catalogaron con este termino a la película) pero la verdad es que todo esto que escribí no solo lo aprendí de esta bonita película animada, sino también de mis múltiples sesiones con el psicólogo.
Demonos, en este nuevo año, una segunda oportunidad a nosotros mismos. Hay que conocernos y amarnos, para convertirnos en lo que queremos ser y en lo que estamos destinados a ser: seres llenos de experiencias buenas y malas que siempre nos dejen alguna enseñanza y nos hagan decir al final de todo: Si viví mi vida.
