THE PROM: todo lo que brilla es glitter.

Voy sola al cine.
4 min readDec 14, 2020

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Se podría pensar ¿Quién necesita una película más sobre un musical de preparatoria? ¿Qué no ha sido suficiente con High School Musical 1, 2 y 3? Déjenme decirles que esta nueva producción de Netflix no es una historia llena de adolescentes promedio con vidas promedio. Antes de llegar a la popular plataforma de streaming, The Prom fue un total éxito en la taquilla de Broadway y para tener éxito en este lugar se necesita una propuesta totalmente magnifica.

Este musical, con música original de Matthew Sklar, letra de Chad Beguelin y con un guión de Bob Martin y Beguelin, mismo que hicieron el libreto para la adaptación fílmica, cuenta la historia de Emma, una simple chica que sueña con llevar a su novia al baile de graduación. Pero dicho propósito es interrumpido por la asociación de padres que quieren cancelar el baile con tal de salvaguardar la moral y los “buenos” valores de la comunidad. En pocas palabras, son un grupo de personas homofóbicas que irán en contra de la protagonista. Así que, Emma, con ayuda de su director de la escuela, lucharán por sus derecho a tener un baile como cualquier adolescente de su edad. Pero por fuerzas del universo, esta noticia llega a oídos de un grupo de actores de Broadway que decidirán adoptar la causa de Emma y ayudarla a cumplir su objetivo, y de paso mejorar sus propias imágenes ante la industria del teatro musical.

La dirección recae en las manos de Ryan Murphy (Glee, American Horror Story, American Crime Story), el cual supo a la perfección armar todo un equipo para lograr una impecable, y llena de glitter, versión fílmica. La narrativa visual parece un personaje más de la película, ya que es utilizada como un apoyo para que el espectador pueda sentirse parte de los números musicales y la magia que estos destellan. La actuación de la novata Jo Ellen Pellman, como Emma, se vio a la altura, y nada opacada, por las actuaciones de Meryl Streep ( Dee Dee Allen) , James Corden (Barry Glickman), Nicolás Kidman ( Angie Dickinson), Kerry Washington (Mrs. Greene) y Andrew Rannells (Trent Oliver ). Cada individuo del cast supo como interpretar su papel de una manera que podías entender el desarrollo que estaban viviendo y así generar una conexión y empatía con el público.

Lo que hace a The Prom tan diferente a otros musicales, cuya trama ocurre dentro de un ambiente de escuela preparatoria, es el mensaje que envía. Hoy en día más que nunca se busca la inclusión de temas que por mucho tiempo han, y todavía siguen, siendo un tabú. Para personas ajenas a estas temáticas y problemáticas que viven las personas de la comunidad LGBT, puede ser un buen acercamiento para entender y empatizar. No digo que sea perfecta y que se deba usar como referencia única y exclusiva, ya que de igual forma tiende a mostrar el bullying que vive la comunidad LGBT de una forma un poco light y rosa. Pero da a entender el punto que quiere dar gracias a la buena estructura de la historia, al final de todo el objetivo es claro.

Cabe mencionar que el uso extremo de brillos, colores primarios, glitter, lentejuela es un apoyo para la metáfora de la historia. A pesar de ser una historia sencilla, por así decirlo, estos elementos ayudan a resaltar lo bueno y lo malo que viven los personajes. Desde el hecho del rechazo por parte de los padres a los personajes de Emma y Barry, por ser gays, hasta el rencor que guarda contra sí misma el personaje de Meryl Streep por su pasado, los personajes siempre brillan y ese es un bonito mensaje. El hecho de que por momentos existan adversidades y obstáculos que da la vida, uno siempre debe de brillar y sobresalir de todo eso.

Definitivamente The Prom es una película que volvemos a disfrutar en esos momentos en los que sentimos que estamos en la oscuridad y que nos ayudará a ver la luz que los reflectores nos apuntan para que destaquemos con todos nuestros verdaderos colores.

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